¡No de esos! aunque durante años mis guitarras fueron mis mejores amigas.
Cantando aquello que aprendí y que quiero compartir. Otros lo llaman vocación docente, o simplemente ponente habitual. Yo prefiero visualizarme en un escenario y cantar esos temas que pueden terminar por tararear otros.
Para qué guardar la experiencia si le puede servir a alguien, ¡o no! ... en cualquier caso que no pare la música.